Ese primer libro de una trilogía dedicada a los hijos que los ángeles tuvieron con las mujeres humanas, trata de vampiros atormentados y de amores imposibles. Siempre me han gustado las leyendas que hablan de estos seres que burlan la muerte: tenía trece años cuando caí rendida a los pies de la señora Anne Rice y de su magnífico Lestat. Entonces empecé a imaginar pequeños relatos sobre vampiros hermosos que se enamoran de chicas humanas y como esa relación imposible se va complicando poco a poco.
Todas las novelas de vampiros tienen muchos puntos en común, pero, para mí, hay un elemento que siempre se repite: ¡todas las comunidades vampíricas acaban mudándose a Estados Unidos! Por eso, era fundamental poder incluir a España en el panorama de las novelas de vampiros. Estaba cansada de leer lo extraordinario que es vivir en Nueva York o en Nueva Orleans. ¿Por qué una novela de esta temática no podía desarrollarse en Madrid, Barcelona o Sevilla?
Por supuesto que no podía dejar pasar la ocasión de incluir a mi querida Sevilla en mi novela. Tiene todos los elementos para convertirse en un escenario perfecto en el que poder imaginar a vampiros fundiéndose en las sombras: calles estrechas y llenas de historia, patrimonio cultural valiosísimo y anocheceres cargados de embrujo. Luego mi experiencia personal como estudiante Erasmus hizo el resto.
Los dos personajes principales de la novela son dos almas gemelas que se encuentran sin haberse buscado previamente; una joven estudiante humana, que desconoce por completo su verdadera condición, y un vampiro, que no pensaba enamorarse tan locamente. Pero su amor es imposible, y no por razones obvias sino por otras mucho más graves y misteriosas.
Diane es una joven un poco tímida y demasiado responsable por culpa de la educación estricta y solitaria que ha recibido de su tía en París. Sus padres murieron, supuestamente, en circunstancias extrañas y ella se siente diferente al resto de jóvenes de su edad. Su vida da un vuelco cuando conoce a Alleyne, un joven vampiro inglés de 150 años. Entonces descubre que toda su vida es una farsa y que ella no es una chica normal porque esconde un gran secreto en su interior.
El tema del deber y de las falsas apariencias es también muy importante en la novela. Nadie es lo que pretende ser y hay un inesperado asesinato que resolver. Los personajes se debaten entre todas esas cuestiones y van evolucionando. Aparecen diferencias irreconciliables entre humanos, representados por los cazavampiros, y los vampiros, estructurados dentro de una sociedad, la Sociedad Vampírica.
En medio de todos esos conflictos aparece Diane, la Doncella de la Sangre, tan importante para los humanos como para los vampiros. Todos quieren apoderarse de ella, pero ella sólo quiere vivir su amor con Alleyne. Sin embargo, el Destino tiene otros planes para ella.
¿A quién elegirá Diane? ¿A su deber o a Alleyne?
FDO: Ahna Sthauros
